viernes, septiembre 19, 2025
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Innovación Tecnológica al Servicio de la Sociedad.

Aguascalientes, Ags. El 19 de septiembre es, para nuestro país, una fecha de gran significado. Hoy, al cumplirse cuarenta años desde el sismo de 1985 y ocho desde el del 2017, la Universidad Panamericana campus Aguascalientes, en el marco del simulacro nacional, recuerda con orgullo la participación de su robot de rescate Ixnamiki Olinki en las labores de búsqueda tras el temblor del 2017.

El proyecto, desarrollado por estudiantes con la guía de profesores como el Dr. Fernando Dávalos Hernández, profesor investigador de la Facultad de Ingeniería, surgió en el marco de la competencia internacional RoboCup, en la categoría Rescue Robot. Esta línea de trabajo fue adoptada en 2012 con la convicción de que representaba un verdadero impacto social, al diseñar herramientas capaces de asistir en situaciones de desastre y salvar vidas.

“El objetivo siempre fue desarrollar una plataforma que complementara el trabajo de los rescatistas sin poner en riesgo vidas humanas”, explica el Dr. Dávalos. Equipado con cámaras, sensores de dióxido de carbono para detectar respiración humana, micrófonos de alta sensibilidad y una estructura robusta para terrenos difíciles, el robot fue concebido como un aliado en las misiones de búsqueda.

De la competencia internacional a un escenario real de emergencia

Ixnamiki Olinki fue reconocido en certámenes internacionales, obteniendo logros en países como Alemania y Japón. Sin embargo, su mayor reto llegó en septiembre de 2017, cuando el equipo de robótica de la UP se unió a las brigadas de rescate en la capital mexicana.

Gracias al trabajo coordinado con Protección Civil de Aguascalientes, bomberos y un binomio canino de rescate, el robot logró ingresar a zonas restringidas en las que inicialmente no se permitía el acceso. “El verdadero valor del robot fue abrir camino. Decíamos: traemos un perro, bomberos, paramédicos y un robot, y con ese argumento se nos permitió entrar a lugares clave”, recordó el Dr. Dávalos.

Aunque la tarea principal de localización de personas correspondió a los caninos, Ixnamiki Olinki funcionó como soporte tecnológico que demostró el potencial de la ingeniería mexicana en situaciones críticas. “Lo importante fue entender cómo nuestra tecnología podía adaptarse y apoyar en escenarios reales de desastre. Fue una experiencia que marcó el rumbo del proyecto”, añadió.

Aprendizajes y evolución

La experiencia dejó valiosas lecciones para los miembros del equipo de robótica. Entre ellas, la necesidad de que los robots de rescate sean más ligeros, compactos y silenciosos, características que se han incorporado en las nuevas generaciones de la plataforma, como Ixnamiki Ek’Balam.

Actualmente, los estudiantes continúan desarrollando prototipos en la línea de robots de rescate, al tiempo que exploran nuevas competencias, como la creación de rovers lunares para terrenos extremos. “Queremos que nuestros alumnos enfrenten retos técnicos de alto nivel, pero siempre con la conciencia de que la ingeniería debe tener un propósito social”, enfatizó Dávalos.

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