viernes, agosto 22, 2025
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La consulta directa a las bases como medio para fortalecer al PRI: IAG

Aguascalientes, Ags. La diatriba del PRI resulta fácil de resolver: le damos el poder a las bases o repartimos sus cenizas con todo y equidad de genero.

Seguramente una de las principales exigencias de la militancia priista en la 22 Asamblea Nacional del PRI será  que el candidato presidencial surja de la consulta directa a las bases. La pregunta es ¿quién se fortalece además del PRI con regresarle el poder a las bases del Partido?

Pero antes, en Aguascalientes cientos de liderazgos priístas reclaman su derecho a elegir la nueva dirigencia estatal por votación  directa en urnas transparentes instaladas en puntos estratégicos territoriales que crucen todo el Estado. Es la única opción que tenemos para  reivindicarnos con la militancia agraviada.

El reagrupamiento de expresiones es legítimo y coyuntural, los distintos alineamientos con personajes presidenciables habrán de ubicar a cada expresión en su dominio, camino y destino. Mientras los grupos políticos se disputan el escenario y el control del PRI, otros valiosos cuadros se están afiliando a diversos partidos políticos

Es un error pensar que solo las élites hacen unidad política. Mejores recomendaciones de las élites no hacen mejores prácticas, ni mejores candidatos  y dirigentes. La unidad de las masas hace la fuerza auténtica de la organización política.

La unidad política no se escribe en papel periódico, ni se esconde en la oscuridad de los sótanos. Los buenos pactos políticos anteponen prendas de buena fe e intereses supremos, tienen un objetivo, un alcance y bienes comunales sin límites.

Las pugnas gratuitas de las cúpulas afectan la unidad orgánica del partido, confunden a la base fiel y alejan a la militancia de su dirigencia. Recordemos que las bases del PRI son más grandes, más nobles y más inteligentes que las cúpulas.

Primero la democracia para desterrar la dedocracia, luego la meritocracia para marginar a los pequeños comités de la aristocracia, después los acuerdos de capilla para eliminar conflictos clánicos. Así, tendremos liderazgos solventes y morales que sirvan a todos sus representados y no solo a sus afinidades gregarias.  Recordemos que la unidad también florece en la democracia.

Este no debe ser un partido de tribus, este hecho seria retardatario o regresivo. Somos un partido de cuadros y de masas, no de caudillos, donde caben los jóvenes que son exponentes del pasado y los antiguos militantes como revolucionarios modernos.

Tampoco se debe repartir el botín de las candidaturas entre grupos o tribus, cuates o cuotas , socios o consorcios. Llego la hora de ganarse una candidatura a pulso, sudando la camiseta, escuchando a la gente, gestionando asuntos, acumulando simpatías, adeptos, voluntades y sometiéndose a un proceso democrático interno para vencer o ser vencido.

Indiscutiblemente, otro instrumento para la toma de decisiones en la postulación de candidatos será la encuesta. Así, la dirigencia del Partido sabrá quién es quién  entre sus cuadros y qué representa cada uno de los aspirantes a un cargo de elección popular. Esto determinará el peso, la talla y el atributo de cada personaje.

La democratización integral del PRI, sectores, organizaciones, candidatos y dirigentes es inaplazable y es una necesidad.

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